
De todos modos un blog de estas
características no creo que merezca un debate en torno a esta cuestión, y sin
embargo no creo que por ello se deba de dejar de lado una mínima reflexión. En
cuanto a la posibilidad de comentarios ocurre algo similar, no va a ser un blog
especialmente visitado y su temática -aunque más que discutible y debatible- no
creo que vaya a arrastrar a nadie hasta el punto de perder las “buenas” o
“correctas” formas dejándose llevar por la emoción. No obstante también
considero necesario una pequeña reflexión.
Aunque soy nuevo en la creación
de contenido virtual, conozco lo suficiente los foros y otros mecanismos de
interacción como para entender las frecuentes medidas de control y regulación. Que sea comprensible de modo
general no lo hace en ocasiones completamente absurdo, además obligar por medio
del veto y la prohibición nuca me ha parecido el mejor camino. Aunque con mucha
probabilidad sí que sea el más rápido, sencillo, y puede que a corto plazo,
también efectivo. Me parece interesante observar cómo la supresión de identidad
que ofrece el anonimato ayuda a ciertas personas -desprovistas de futura
responsabilidad- a rebasar consciente y gratuitamente los límites que impone el
“respeto”. Aun siendo éstos mucho más subjetivos y maleables de lo que con
demasiada frecuencia nos creemos.
A estos comportamientos se les
puede asociar con el concepto de libertad, hecho que creo que es del todo
erróneo. Estar libre de consecuencias no significa ser libre. Por el momento el
modo de construir nuestra identidad es indisoluble de la concienciación de unas
posibles consecuencias. Momentáneamente el mundo virtual puede ofrecer una
variación de ello, pero hasta que no se pueda vivir completamente en la “red”
esto solo será un estado momentáneo y pasajero. Es verdad que el mundo virtual te
ofrece la posibilidad de no tenerlas y ello es curioso e interesante, además
puede ofrecer una sensación de poder al decir uno lo que quiera sin que ello le
suponga unos efectos similares a los de
una interacción presencial. Pero esta sensación de poder no deja de ser falsa o
engañosa porque en realidad no eres tú quien habla sino el personaje adoptado
en ese momento que sin dejar de ser uno mismo tampoco lo es completamente.
Además, en cuanto cierres tu ordenador volverás a ser tú y tus consecuencias. ¿De
verdad es libertad si en realidad ya no eres del todo tú mismo?
Me parece una buena pregunta y un
interesante tema a debatir, aunque yo ya he dicho que no me lo parece. De todos
modos, aún aceptando que sí puede ser un estado de libertad personal, me gustaría
añadir que no es lo mismo ser libre que trabajar para serlo. Es decir, yo puedo
ser libre para menospreciar e insultar gratuitamente bajo el “cobijo” del
anonimato pero hacerlo supone arrojar una piedra en contra de esa misma
libertad. Si yo me sirvo de ese tipo de “libertad” estoy contribuyendo a que en
un futuro cierto moderador -cansado de esa actitud que obstruye el devenir
dialógico- tome medidas al respecto, y acabe prohibiéndome a mí junto al resto
cualquier tipo de palabra malsonante. Tal y como siempre ha ocurrido en el
mundo presencial, pero también ocurre en el virtual.
Cada uno que haga lo que quiera,
pero personalmente me gustaría que la gente insulte y diga palabrotas si tienen
que hacerlo, pero sin olvidarse de quienes son, y siendo conscientes de que
están trabajando en pro de su libertad y la de todos.
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