¿Evolución o Involución?

martes, 6 de mayo de 2014

Mattelart y la Sociedad de la Información

Mattelart es un eminente sociólogo cuyo interés principal se enciuentera en el estudio y análisis de la cultura y la comunicación. En esta obra [1] reflexiona críticamente sobre la sociedad de la información y sobre el actual enfrentamiento entre quienes pretenden un milenarismo tecnoglobal y una democratización de la información y la comunicación. Advierte que el propio concepto de Sociedad de la información conlleva un sinfín de controversias e intereses que se remontan al positivismo de la modernidad, se afianzan tras la 2º Guerra Mundial y se asientan en los setenta, con la promesa (casi tópica) de una sociedad mejor (basada en este caso en la tecnología y la telecomunicación).

Materlat prefiere hablar de “Sociedad de los saberes para todos y por todos”, destacando el uso de la información y la comunicación para lograr una mayor equidad plural y una expansión democrática. Todo ello entronca directamente con una muy extendida visión gerencial que se sirve de la innovación digital para remozar visiones neo-imperiales y etnocéntricas en pos de una reestructuración del orden mundial. Las innovaciones tecnológicas al servicio de grandes industrias como la tecnológica farmacéutica, o genética en plena crisis estructural de la producción y circulación del sistema de saberes. Pretender servirse del “imaginario” de los intelectuales y del “realismo” de los managers (tachar a unos de imaginativos y a otros de realistas muestra un evidente anti-intelectualismo).

La crisis del petróleo de los setenta evidenció la crisis del sistema (económico, gubernamental, material…) y encontró en la informatización de la sociedad un modo de salir de ella. Por ello se comenzará a crear programas de investigación y acción en pos de una Sociedad computarizada ideal a la vez que desregularizarán los mercados internacionales. La “brecha digital” se convierte en un problema que asociaciones filantrópicas -de gobiernos y grandes empresas- llamadas “fundaciones” se encargarán de copar por medios no oficiales. En este esquema la nueva “gobernación mundial” bajo el pretexto de favorecer el acceso, hace caduco el papel regulador del Estado y fomenta la desigualdad en nombre de la “sacrosanta competitividad”.

En las diferentes CMSI se observa la lucha entre estas dos propuestas que Mattelart explica a modo de enseñanzas. La primera se ve en la inclusión tardía de la sociedad civil compuesta por multitud de diversos agentes (familias, minorías, jóvenes, géneros, ciudades, pueblos indígenas…) así como de representantes comerciales de grandes empresas trasnacionales favorecidas por la desregularización y “cortejados” por las Naciones Unidas. La alineación de unas propuestas y otras sin distinción de origen es sin duda sintomática. Una segunda es el ya mencionado interés de desregularización estatal para la competitividad que sin embargo, es completamente contrario en el sector de la comunicación, el cual va dirigido a un mayor control -incluido el de la opinión pública-. Un programa o plan como lo es la ITA (Vigilancia Informática Total) llevado por el propio pentágono es un claro ejemplo.

Otra enseñanza es que una buena preparación en los sistemas de información y comunicación permite un mejor aprovechamiento económico de las nuevas telecomunicaciones. Un hecho que ha supuesto la inclusión política del papel de las telecomunicaciones fomentando el debate y la reflexión de los mismos. El papel de las conferencias internacionales, cuyos referentes son el MNOAL, es considerado crucial.

La importancia del papel de las comunicaciones en la estructura social se está haciendo cada vez más presente con actos como la creación del Media Watch Global, cuyo propósito es la observación y preservación de los derechos a la información de todos los individuos, u otros como la multitudinaria proliferación de movimientos sociales (que no se centran concretamente en el papel de las nuevas herramientas digitales pero sí se sirven de ellas con destreza), así como un gran número de redes sociales que se prestan a la participación conjunta a organismos oficiales.

Todos ellos muestran un Nueva filosofía de la acción colectiva sobre los bienes comunes de la humanidad (cultura, salud, educación, agua…) según la cual el servicio público, la excepción y la diversidad cultural deben prevalecer sobre los mecanismos del mercado. Todo ello ante el hostigamiento de la OMC, que muestra como la Sociedad del conocimiento se juega su destino en múltiples lugares de las instituciones internacionales.

  • En esta entrevista se ofrece una visión complementaria del propio Mattelart.
[1] Mattelart, A. 2002. Historia de la Sociedad de la Información. Barcelona: Paidos.


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