¿Evolución o Involución?

viernes, 30 de mayo de 2014

Olson y El mundo sobre el papel.




David R. Olson (1998), El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento. Barcelona. Gedisa. [Título original: The world of paper. 1994. Cambridge University Press].






El texto de David Olson mantiene una perspectiva interdisciplinar sumamente interesante sobre la escritura, la lectura y el conocimiento, así como de los efectos y consecuencias de todos estos elementos para el individuo y la sociedad. Olson reconoce la importancia de la escritura en la sociedad actual; “todo acontecimiento significativo se produce con la correspondiente documentación escrita”. Sin embargo también cree conveniente realizar una serie de advertencias sobre la alta consideración que tiene y ha tenido la escritura. Sobre ella dice que no es meramente el habla “por escrito” sino un modelo de la misma, que además se fundamenta independientemente de manera secundaria. Reconoce que la lectura puede ser una vía real para la liberación pero advierte que puede suponer también un medio para la esclavitud  y que es necesario separar contenido del continente.

El recorrido que hace para explicar la configuración de la mente letrada resulta también de sumo interés. La escritura según él es la responsable de hacer conscientes ciertos aspectos de la lengua oral (reflexión, análisis…) pero no todos, pues en la transcripción siempre se pierde entonación, intención… Este modelo puede ser asimilado y por ello puede perderse su dimensión objetiva y crítica. El habla será eminentemente expresiva y la escritura reflexiva. La lectura puede entenderse como una representación exacta de lo que se dice o como dispositivos para la comunicación visual, no obstante, explicar los cambios de la cultura recurriendo a la escritura parece ser una tarea poco prometedora.

Olson mantiene que diferentes tipos de escritura establecen otros tantos tipos de competencias  que suponen participar en una comunidad textual, con su correspondiente paradigma compartido. La comunidad ofrecerá cierto modelo hermenéutico para la interpretación significativa del texto. Como la lectura y la cultura escrita son fenómenos no unitarios, Olson renuncia a la posibilidad de enunciar una regla general que relacione cognición y escritura, pero sin embargo realiza una reflexión sobre los principales problemas o interrogantes partiendo de que toda escritura puede verbalizarse, hablarse, y por tanto tiene implicaciones cognitivas.

Será en la modernidad donde la interpretación del texto (y la naturaleza) podrá considerarse objetiva y podrá justificarse, adquiriendo de este un modo un carácter científico. El legado de todo ello supone que el pensamiento letrado trata de representaciones como si fueran afirmaciones o ecuaciones y no sobre el propio mundo. Los problemas que se generan de esto y que habría que resolver son: separar la representación de la cosa representada, otorgar autonomía a la representación, establecer a través del pensamiento letrado las expectativas, percepciones, generalizaciones existentes en todo pensamiento y en todo texto al que nos enfrentamos. 

Todo esto lleva a Olson a una clara conclusión en la que pensamos sobre el pensamiento a través de la crítica que posibilita el pensamiento letrado. En términos heideggerianos podríamos decir que nuestro contacto con el mundo y sobre nosotros mismos es una invención creada desde el papel. Evidentemente nuestro mundo digital y cibernético y toda su expansión nos abre a una nueva realidad, a una nueva invención ya no basada en el papel sino en la pantalla.  

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